¿Es una buena decisión comprar un Mini de segunda mano?
Con tantas marcas y modelos en el mercado de ocasión, lo más probable es que a estas alturas hayamos escuchado hablar de unas cuantas. Cómo es lógico habremos oído de todo sobre cada una de ellas. Algunos nos dirán que comprarían a ojos cerrados tal marca, mientras que otros dirán lo contrario. Pero lo que sí está claro es que si estás leyendo este artículo es porque, entre las marcas que barajas se encuentra Mini. Veremos a continuación razones objetivas de por qué comprar un
Mini de segunda mano y qué precauciones deberíamos tener al comprar uno.
¿Por qué comprar un Mini de segunda mano?
Hay varias razones que pueden llevarnos a decantarnos por comprar un Mini de ocasión. Analicemos algunas de las más comunes.
Estética
Empezamos hablando de la estética porque a primera vista es lo más llamativo del vehículo.
Una de las peculiaridades de este fantástico coche es la posibilidad de escoger entre muchas terminaciones para darle un toque personal.
Evidentemente, al comprar un Mini de segunda mano no podremos elegir cómo nos gustaría que viniera de serie, pero esta variedad hará que nos guste aún más y que nos sintamos más especiales que llevando un coche igual que el de los demás.
Sensaciones de conducción
Comprar un vehículo de este tipo no sólo es comprar un coche bonito.
La sensación de conducción de estos vehículos es única.
Impresiones de conducción deportivas que harán que cada curva nos parezca divertida y que lograrán que tengamos muchas ganas de conducir.
Motorizaciones
Motorizaciones con garantía alemana.
Podemos esperar, por esta razón, que los motores sean duraderos y fiables. Por lo menos tanto como el resto de las firmas del país.
Los motores son de alto rendimiento y aprovechan al máximo sus cualidades para conseguir máxima potencia a mínimo consumo.
Si bien hemos de decir que no son los vehículos más rápidos, para eso buscaríamos otro tipo de automóviles, sí están en la categoría de los que corren mucho. No nos quedaremos cortos, ni muchísimo menos, en los adelantamientos, ni notaremos que se nos viene abajo al comenzar a subir una pendiente.
Ingeniería
Estos coches están a la última en ingeniería, aplicada, por ejemplo, en la respuesta en carretera y la seguridad.
Los nuevos modelos disponen de diferentes funciones de asistencia a la conducción, de detectores de aparcamiento, sistema inteligente de alumbrado, alerta de distancia de seguridad, detector de peatones con frenada de emergencia, etcétera.
Todo esto hace de los nuevos modelos de Mini, coches espectaculares, sumamente apetecibles para quien quiera tener la máxima equipación en un coche.
Deportividad
Todos los vehículos Mini son altamente deportivos, desde los modelos más básicos hasta los más altos de la gama.
Pero no sólo hablamos de la deportividad que transmiten las carrocerías, los interiores están perfectamente adecuados a lo que transmite el exterior.
Los asientos son una muestra de la deportividad del interior, resultando además cómodos, listos para recorrer kilómetros y kilómetros de carretera.
Los salpicaderos están rematados a conciencia, con un tacto de calidad y visualmente agradables. Los instrumentos, cromados en muchos casos, están perfectamente integrados y colocados con inteligencia para que resulten intuitivos.
El cuadro de mandos, construido en formas de esfera es práctico y también confiere esa sensación de deportividad de la que hablamos.
Consumos
Cuando pensamos en comprar un Mini de ocasión podemos pensar que tal vez nos estamos metiendo en un pozo sin fondo en gasto de combustible. Pues hemos de decir que ni mucho menos.
El consumo está por debajo o igual que otras marcas de gama más baja.
No notaremos diferencia de consumo al alza con otros vehículos más sencillos e incluso con motores más pequeños.
De hecho, disponen de sistema de apagado de motor automático. El vehículo sabe cuándo debe apagar el motor, por ejemplo, al detenerse en un semáforo, y de esta manera evitar el despilfarro de arrancar y parar en las áreas urbanas y de esta forma también ayuda a cuidar el medio ambiente.
La relación de consumo y potencia es otra razón para decidirse por comprar un Mini de ocasión.
Agarre
Si ya de por sí esta característica ha hecho famosos a los modelos más antiguos de esta marca, qué decir de los modelos nuevos.
Los vehículos Mini han gozado siempre de esta fama, ser vehículos con un agarre al firme excepcional. Hoy en día continúan manteniendo esta virtud, en parte, gracias a la suspensión independiente de sus cuatro ruedas.
Si estamos interesados en la seguridad, este es otro factor de importancia que nos ayudará a toma una decisión.
Modelos
Mini no significa pequeño en este caso. El tamaño interior sorprende.
Existe la opción de dos puertas para los que antepongan la estética a la funcionalidad y las cinco puertas para aquellos que cuentan con llevar de vez en cuando a sus amigos, compañeros o para una o dos sillitas de bebé.
Eso sí, si pensamos en tener familia y no renunciar a un Mini, la mejor opción es el Mini Clubman, una extensión de los modelos clásicos que lo convierten en un familiar.
Dependiendo de la potencia y estética que queramos tenemos diferentes tipos y configuraciones para escoger lo que más se adecue a nuestros gustos y economía. Las gamas más sencillas son las Mini One, seguidas de las Cooper.
Como algo extraordinario, también disponen de un SUV, Mini Countryman, el ideal para los amantes de los Mini y del campo y la montaña.
¿Qué debemos tener en cuenta al comprar un Mini de segunda mano?
Al igual que con cualquier otro vehículo de ocasión, al comprar un Mini hay que tener una serie de precauciones.
Por ejemplo, deberíamos asegurarnos de que el coche ha sido revisado y mantenido siguiendo las indicaciones del fabricante. Para eso pidamos el libro de revisiones y asegurémonos de que está el día en mantenimientos y revisiones.
También es necesario que nos cercioremos de que todos los pagos están al corriente. No olvidemos pedir los justificantes de pago de los impuestos. No estaría de más usar alguna de las utilidades que tenemos en internet para controlar que todos los impuestos del vehículo estén en regla.
Pidamos a algún conocido que entienda de mecánica que nos acompañe para revisar el funcionamiento, el correcto kilometraje, posibles averías ocultas, etcétera. Si no conocemos a nadie, pidamos al vendedor que nos deje llevar el coche a un taller de nuestra confianza para que le echen un vistazo.
No olvidemos pedir una prueba de conducción, así veremos de primera mano que no existan averías evidentes que tuvieran que ser reparadas antes de la adquisición.
Después de analizar los puntos fuertes de estos automóviles y siguiendo estas sencillas recomendaciones disfrutaremos por mucho tiempo de nuestro
Mini de ocasión.